A lo largo de poco más de 200 años de existencia, éste país
ha sufrido conservadores, ultra conservadores, del centro, coaliciones,
panquequismos, progresistas, izquierdas, socialistas, gremialistas, masones…
pobrecito, está mareado. Y es entendible que cuando damos un paso para
adelante, de pronto, casi por inercia misma de la historia, se vuelven dos
pasos para atrás, y vuelta a empujar para adelante, en un péndulo sostenido por
la clase trabajadora, que nunca cesa de tirar, pero que se choca contra los vende
patrias, estancieros y avaros del poder, que no dejan porciones sin comer de la
enorme torta que llamamos PBI.
Los argentinos se aman y se odian, se juntan y se separan,
se afirman y se niegan, se abrazan y se pegan. Contradicciones propias de los
seres humanos, porque aunque creamos que Dios es argentino, nosotros seguimos
siendo humanos. De carne y hueso. ¡Y muy buena carne!
No puedo calzarme el traje de sociólogo ni de filósofo, me
queda el lugar que más me gusta: observador, activo, dentro de un contexto que
se mueve, siempre, todo el tiempo. Éste contexto, que llamamos hoy, me da
muchas esperanzas. Si señor, los diarios van a titular las muertes, los robos y
los choques, pero no te van a decir que aquellos que se fueron buscando una
forma mejor de vida ahora están volviendo, ni que estamos en medio de una
vorágine (de la cual quiero modestamente incluirme) de juventud, búsqueda de la verdad, cambios, y mejorías. Spinetta
siempre dijo que “mañana es mejor”, y gracias que lo dijo.
Siento que las generaciones nuevas, de menores de 30 (aunque
la edad sea una mera estadística) que tienen muy buenas ideas, hay buenas
intenciones, hay buen material, hay buena gente, y con eso me basta para soñar
con que aquella Revolución de Mayo, que fue el primer paso de una emancipación
como Nación, sigue viva, aunque no explicita, en el corazón y la mente de los
que estudian, trabajan, hacen trabajos comunitarios, ayudan a sus pares,
piensan alternativas, trabajan para la paz social, ayudan desde las sombras,
trabajan por un país mejor.
El locro que comiste, la escarapela, la calle más larga, el
río más ancho, las minas más lindas del mundo… todo eso es nuestro, pero no nos
quedemos durmiendo en los laureles, que supimos conseguir, porque aún hay mucho
por ganar, hay mucho que vivir, hay mucho que cambiar.
República Argentina, 25 de mayo de 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario