martes, 16 de septiembre de 2014

Una palabra vale más que mil imágenes


Muchas veces hemos escuchado la frase que está instalada como verdad intocable, que afirma lo contrario a la frase del título. Sin ánimos de contradecir a nadie, pretendo exponer otra forma de ver esta concepción que valora más a la construcción física (para lograr una imagen) de la construcción conceptual e imaginativa (que implican las palabras). Sin tener en cuenta a la pintura, me refiero a fotos, ilustraciones periodísticas, garabatos.


A través de las palabras se redactaron los sentimientos más profundos jamás confesados, poesía, por ejemplo.
Mediante palabras tienen lugar análisis plagados de argumentos y metodologías firmes que permiten sentar una posición, y dejar plasmado un trabajo conceptual en letras, que logran un sentido imposible de lograr mediante otro medio.

¿De que otra manera Cortazar, Borges, García Márquez, Galeano, Dan Brown, y tantas eminencias podrían habernos hecho llegar sus historias, pensamientos y personajes, aquellos que nos mantienen atrapados en eternas relecturas? No creo que de otra manera que no sea mediante las palabras, escritas o habladas, hubiesen podido reproducir aquellos pensamientos que terminaron siendo libros.


¿Cómo comunicarse con amigos que se encuentran a miles de kilómetros, en otros meridianos, mares, continentes, si no es con un intercambio de palabras mediante chiches tecnológicos? Está bien, podés mandar un par de fotos, pero lo que vale es dialogar. Y sin palabras, ´ta difícil.
Personalmente disfruto de un buen juego de palabras, una oración creativa, un silogismo, un refrán, una frase que denote sabiduría, o me convenza de ello… No hay como devorar grandes obras, clásicas o ignotas, de literatura, de poesía, que mantenga encendida nuestra imaginación, pensamiento crítico, memoria, o cualquier capacidad.

Los conceptos que palabras bien seleccionadas son capaces de representar, son más estables que las miles de interpretaciones y superficialidad de una mera imagen, que si bien (y obviamente) es ilustrativa, en la mayoría de los casos no alcanza a cerrar ninguna idea más que ser un agregado a un comentario o contexto determinado, claramente, por PALABRAS.
“Una imagen vale más que mil palabras” es una frase que no me convence en lo más mínimo, desde la postura de ser un disfrutador (si se me permite el término) de la buena redacción de una composición y de la capacidad imaginativa que nos brinda la lectura.
Leer un prospecto médico, un texto religioso o una novela romántica exigen un trabajo intelectual más profundo que el de contemplar una imagen, que se mantendrá estática por lo siglos de los siglos, a diferencia de la lectura, que cada vez que repitamos, nos generará más observaciones y diferentes detalles que en veces anteriores no fueron comprendidos o fueron pasados por alto.


Prefiero sumergirme en un mar de letras, y disfrutar de múltiples interpretaciones, analogías, metáforas, fantasía, claridad conceptual, y todos los recursos habidos y por haber que permite la utilización de las palabras, antes que solo anclarme en la observación de una imagen estática que esta ahí, y nunca cambiará, que perfectamente puede servir como ilustración a una composición.
Y sí, las palabras valen más que mil imágenes.


Nicolás Leoni