viernes, 30 de mayo de 2014

Córdoba de mis pasiones

                                                   
Córdoba, ciudad que tanto amo
Envuelta en máscaras de hierro y cemento
Cubres tus venas de asfalto
Tus cúpulas perforan los cielos
Y tu río la tierra
Córdoba, ciudad de mis amores
Que me viste en mis mejores ocasiones
En la lona, en la  cima
De alegrías a melancolías
Y así todos los días





Córdoba, que me regalaste tantos barrios
Mi amado Alberdi, tan popular
Alta Córdoba tan pintoresca
La oligarquía de Urca
Y la vecindad de San Vicente












De primera al regional
Del casi gol hasta llorar
Hay rayados, lisos y mestizos
Todo vale cuando es la pelota
La que une, y nos divide






Tierra de revoluciones
Estancias de conservadores
Calles de manifestaciones
Universidad de mentes libres
Y voces que aún resuenan como ecos






Mártires y asesinos
Héroes y villanos
Gallegos e italianos
Trabajadores o bien vagos
Somos tus hijos, son nuestros pagos




Tarantela y paso doble
Que juntos forman tu folclore
Que a clases altas aborrecen
Y a clases bajas ilusiona
El cuarteto es su droga

Opino que de tus calles
Nadie quedó sin sus amores
Sus tristezas, ilusiones
Sus traiciones y rencores
Córdoba de mis pasiones



No soy digno de escribirte
Simplemente describirte...



(Verso libre, con intentos y amagues de rima, dedicados a la Ciudad de Córdoba)

Nicolás Leoni

Vox Dei - Ritmo y Blues con Armónica



Hoy empiezo a ver con mas claridad
los que me rodean
veo quien es quien 
y en quien puedo creer


Cuando parece que el mundo acabará
y la tierra cede bajo mis pies
y cuando ya nunca amanecerá
el sol sale otra vez

Muy equivocado estuve ayer
debo de decirte porque me engañe
al suponer que eran muchos
los amigos en que yo podía creer

Eran solamente siluetas
sin creencias ni fe
eran solamente voces
y que aparentaban saber

Hoy por la mañana sentí nuevamente
estas locas ganas de quererme bien
y sin proponérmelo me siento muy fuerte
solo por saber que amo a mi mujer

El Dios se me distrajo por un momento
y la buena suerte me abandono
y el maldito diablo sin perder tiempo
en la sangre misma se me metió

Y ahora ya no tengo amigos
la buena suerte me abandonó
poca gente hoy me rodea
solo la que me da amor

Hoy empiezo a ver con mas claridad
los que me rodean
veo quien es quien
y con quien puedo contar

jueves, 29 de mayo de 2014

¿Que fue el Cordobazo, culiau?


Yo no la viví, a mi me la contaron. Nací en la misma ciudad cuna de la universidad más prestigiosa y antigua del país. Ésta ciudad que siempre se caracterizó por ir a contramano del resto, por llevarle la contra al porteñismo, revolucionaria y conservadora a la vez. ¡Pero que linda que sos Córdoba!


Un 29 de marzo, como hoy, pero de 1969, apenas a un año de la revuelta anticapitalista más importante de la edad contemporanea que fue el Mayo Francés, surgió en Córdoba la versión latinoamericana de éste tipo de revueltas, a escala local, pero que logró derrocar a un gobierno de facto. ¿Pequeño lujo, no?


Dejemos que nos ilustre una adaptación del libro Lo pasado pensado, de Felipe Pigna (Buenos Aires, Editorial Planeta, 2005), realizado por El Historiador.com:
En mayo de 1969, durante el gobierno de Onganía, comenzó a evidenciarse una crisis con estallidos en distintos puntos del país, como Corrientes y Rosario. En Córdoba, donde existía una estrecha relación entre estudiantes y obreros, al descontento general se sumó la decisión del gobierno provincial de suprimir el “sábado inglés”, es decir, la media jornada laboral. En consecuencia, el SMATA (sindicato de los obreros de la industria automotriz) y el sindicato de Luz y Fuerza convocaron a un paro activo con movilización para el 29 de mayo. Los estudiantes adhirieron a la medida de fuerza y pronto la ciudad fue controlada por los manifestantes, quienes lograron su ocupación durante unas veinte horas. Se produjeron incendios y ataques a las principales empresas multinacionales. La represión consiguiente fue brutal y dejó como resultado veinte manifestantes muertos y cientos de detenidos, entre ellos Agustín Tosco (Luz y Fuerza), Atilio López (UTA) y Elpidio Torres (SMATA).

Un grande como Víctor Brizuela, en el año de su muerte (2009), dedicó una editorial en La Voz del Interior por los 40 años del Cordobazo:
Un hecho que hizo temblar poderosas estructuras, que hasta entonces pisoteaban todo y que aquí, por vez primera, frenaron sus botas ante los estudiantes y los obreros de a pie escribiendo una página imborrable en la memoria de esta provincia y de esta República Argentina. 
Qué tiempos aquellos! Con el proletariado más esclarecido y el estudiantado ilustrado y valiente.  
Pusieron todo en las calles de la ciudad, con la expresión del ciudadano en heroica dimensión y con la convicción del que lucha sabiendo por que está allí, altivo y dispuesto a jugarse por algo que va más allá del ideologismo, que casi siempre divide. Agustín Tosco y Atilio López marcaron aquellas coincidencias expresadas en las calles y en la acción. El país se conmovió y el Cordobazo señaló el comienzo del fin de una historia. 
Luego, muchos de ellos eligieron diversos caminos, por aquellas cuestiones ideológicas que marcaron otros destinos. 

El Cordobazo representó un suceso histórico nunca antes visto, donde el pueblo, es decir, trabajadores, estudiantes, vecinos, se embanderaron tras una causa: acabar con la tiranía militar y capitalista.


Don Victor Brizuela, que se codeó con los personajes de la época, destila su sabiduría:
Quiero destacar la estatura patriótica, el valor, la calidad intelectual, política y social de esos obreros y estudiantes orientados por grandes dirigentes que por entonces existían en Córdoba. 
Hoy, la dirigencia no se parece en nada a aquellos del Cordobazo y de otros grandes momentos de la historia que también ocurrieron en esta ciudad, cuando Córdoba jugaba en primera división a nivel nacional y con notables jugadores también en la política y en los gremios. 

¿Quién fue ese tal Agustín Tosco? 
Agustín Tosco fue un dirigente obrero revolucionario. Férreo opositor a la burocracia sindical. Secretario general del sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba. Junto a Elpidio Torres, dirigente de SMATA, y Atilio López, de la UTA, encabezó la rebelión popular que pasaría a la historia como el Cordobazo. Tras la represión fue detenido y trasladado al penal de Rawson. Colaboró con la fuga de sus compañeros el 15 de agosto de 1972 (que terminaría en la masacre del día 22) pero se negó a salir porque planteaba que su lugar de lucha estaba allí. En 1973 se opuso al Pacto Social por considerarlo una trampa para la clase obrera. Tras la sublevación encabezada por el comisario Navarro en Córdoba, que puso fin al gobierno de Ricardo Obregón Cano y Atilio López, su gremio fue intervenido y comenzó una implacable persecución sobre él y sus compañeros. Murió el 5 de noviembre de 1975.


Hubiéramos querido reportear a Agustín Tosco. No nos dejaron. Los parapoliciales y paramilitares y los policías y militares del gobierno de Isabel Perón y López Rega que lo perseguían a sol y a sombra y lo obligaban a transitar en la clandestinidad no lo dejaron tratarse adecuadamente una enfermedad injustamente terminal, que se lo llevó el 5 de noviembre de 1975. 

Por ésto, Felipe Pigna extrajo fragmentos textuales los pensamientos de Agustín Tosco, que fueron tomados de escritos del notable sindicalista cordobés:

¿Qué querían los obreros y estudiantes, el pueblo de Córdoba?
Agustín Tosco escribió la siguiente respuesta, que sería recapitulada por Pigna: 
Exigía respeto a su soberana voluntad; exigía la normalización institucional, para que el gobierno fuera elegido por decisión de la mayoría de la población, sin persecuciones para con las ideas y doctrinas de ningún argentino. Exigía que se aumentaran los salarios en un 40%, que era lo que había crecido el costo de vida. Exigía la defensa del patrimonio nacional, absorbido cada vez más por los monopolios extranjeros. Exigía la creación de nuevas fuentes de trabajo, para eliminar la desocupación que trae miseria y desesperación en los hogares. Exigía la reincorporación de los cesantes y el levantamiento de las sanciones por haber hecho uso del derecho constitucional de huelga. Exigía una Universidad abierta a las posibilidades de los hijos de los trabajadores y consustanciada con los intereses del país.

¿Por qué cree usted que la rebelión estalló en Córdoba?
A.T.: Porque Córdoba no fue engañada por la denominada Revolución Argentina. Córdoba no vivió la “expectativa esperanzada” de otras ciudades. Córdoba jamás creyó en los planes de modernización y de transformación que prometió Onganía, ni Krieger Vasena. La toma de conciencia de Córdoba, de carácter progresivo pero elocuente, es bastante anterior al régimen de Onganía. Pero se expresa con mayor fuerza a partir de julio de 1966. La reivindicación de los derechos humanos, proceda de donde proceda, en particular de las encíclicas papales desde Juan XXIII, encuentran en nosotros una extraordinaria receptividad y así se divulgan especialmente en la juventud y en los sindicatos. Si hay receptividad es que hay comprensión, y la comprensión deriva en entusiasmo, en fe y en disposición al trabajo, al esfuerzo e incluso al sacrificio para consumar los ideales que ya tienen vigencia en el ámbito universal.

¿Cómo se gestó finalmente el Cordobazo?
A.T.: El día 26 de mayo, el movimiento obrero de Córdoba, por medio de los dos plenarios realizados, resuelve un paro general de actividades de 37 horas a partir de las 11 horas del 29 de mayo y con abandono de trabajo y concentraciones públicas de protesta. Los estudiantes adhieren en todo a las resoluciones de ambas CGT. Todo se prepara para el gran paro. La indignación es pública, notoria y elocuente en todos los estratos de la población. No hay espontaneidad. Ni improvisación. Ni grupos extraños a las resoluciones adoptadas. Los sindicatos organizan y los estudiantes también. Se fijan los lugares de concentración, cómo se realizarán las marchas. La gran concentración se llevará adelante frente al local de la CGT en la calle Vélez Sarsfield 137. Millares y millares de volantes reclamando la vigencia de los derechos conculcados inundan la ciudad en los días previos. Se suceden las asambleas de los sindicatos y de los estudiantes que apoyan el paro y la protesta.

¿Cómo fue el 29 de mayo de 1969?
A.T.: El día 29 de mayo amanece tenso. Algunos sindicatos comienzan a abandonar las fábricas antes de las 11 horas. A esa hora el gobierno dispone que el transporte abandone el casco céntrico. Los trabajadores de Luz y Fuerza de la Administración Central pretenden organizar un acto a la altura de Rioja y General Paz y son atacados con bombas de gases. Es una vez más la represión en marcha. La represión indiscriminada. La prohibición violenta del derecho de reunión, de expresión, de protesta. Mientras tanto, las columnas de los trabajadores de las fábricas de la industria automotriz van llegando a la ciudad. Son todas atacadas y se intenta dispersarlas.

¿Cuál fue la chispa final?
A.T.: El comercio cierra sus puertas y las calles se van llenando de gente. Corre la noticia de la muerte de un compañero, era Máximo Mena del Sindicato de Mecánicos. Se produce el estallido popular, la rebeldía contra tantas injusticias, contra los asesinatos, contra los atropellos. La policía retrocede. Nadie controla la situación. Es el pueblo. Son las bases sindicales y estudiantiles, que luchan enardecidas. Todos ayudan. El apoyo total de toda la población se da tanto en el centro como en los barrios.
Es la toma de conciencia de todos evidenciándose en las calles contra tantas prohibiciones que se plantearon. Nada de tutelas, ni de los usurpadores del poder, ni de los cómplices participacionistas.

¿Cuál fue el saldo del Cordobazo?
A.T.: El saldo de la batalla de Córdoba –el Cordobazo– es trágico. Decenas de muertos, cientos de heridos. Pero la dignidad y el coraje de un pueblo florecen y marcan una página en la historia argentina y latinoamericana que no se borrará jamás. En las fogatas callejeras arde el entreguismo, con la luz, el calor y la fuerza del trabajo y de la juventud, de jóvenes y viejos, de hombres y mujeres. Ese fuego que es del espíritu, de los principios, de las grandes aspiraciones populares, ya no se apagará jamás. En medio de esa lucha por la justicia, la libertad y el imperio de la voluntad soberana del pueblo, partimos esposados a bordo de un avión con las injustas condenas sobre nuestras espaldas. Años de prisión que se convierten en poco menos de siete meses, por la continuidad de esa acción que libró nuestro pueblo, especialmente Córdoba, y que nos rescata de las lejanas cárceles del sur, para que todos juntos, trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideologías, de todas las religiones, con nuestras diferencias lógicas, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su compañero y su hermano.



Hay mucha tela para cortar sobre éstos episodios. Es históricamente tan "reciente", que todavía existen muchas posiciones y versiones de los hechos, pero todos son absolutamente claros en un aspecto: FUE UNA REVOLUCIÓN.

Juan Carlos Onganía (presidente de facto, militar argentino durante el Cordobazo) y Agustín Tosco (sindicalista de Luz y Fuerza)

Los sindicalistas, hombres que en ese momento eran líderes natos, hombres de bien, trabajadores férreos y excelsos, nada comparten con las sanguijuelas políticas que hoy dicen ser "representantes de los trabajadores", que sin embargo jamás levantaron una pala en su vida, ni fueron a trabajar. Hombres como Agustín Tosco, tenían una gran disciplina y diplomacia, eran dueños de ideales de trabajo y equidad social que muchísimos líderes envidiarían hoy siquiera alcanzar. La clase trabajadora sigue siendo la que soporta el sistema, pero en nada se parece a los ideales de ética, valores y pensamiento de los que se animaron a realizar ésta revolución, que comenzó, como no podía ser de otra manera, en el barrio más popular y rebelde de todos los de nuestra ciudad de Córdoba, Alberdi.


No cometamos el error de hablar sin fundamentos ni conocimientos, sacando de contexto los hechos sucedidos. Piensen que Argentina había sufrido el derrocamiento de uno de los hombres más honestos y capaces que pisó suelo argentino, como fue el Dr. Arturo Umberto Illia, y se encontraba bajo el mando de la Revolución Libertadora, que tiró por la borda todo lo referente a progreso socio-económico y derechos humanos. La ley marcial era su única ley. Una queja equivalía a un disparo. Pensemos que en estos días, los policias cortan las calles que serán transitadas por los pseudosindicalistas y manifestantes, pero en esos momentos, 1969, los policias tenían derecho a matar, y no iban a dudar ni un segundo. 
Aquellos hombres que hicieron caer a todo un gobierno nacional desde su ciudad, salieron a las calles con muchísima valentía, y fueron interceptados por un Ejercito completo y por la Policia. Fuego contra fuego, los estallidos de las balas, contra el incendio de la revolución de un sector que representó a los trabajadores y estudiantes que no tenían ni voz, ni voto, ni libertad.



Recomiendo repasar las imágenes y la historia:



Hoy se cumplen 45 años del Cordobazo. En el barrio más popular, en el corazón de Alberdi, trabajadores y estudiantes se unieron bajo la lucha y bandera que encarnaba la figura de Agustín Tosco, para reclamar sus derechos, que estaban siendo explotados.
Lograron no sólo el derrocamiento del presidente, sino que contagiaron su lucha a todo el país.
Córdoba, el termómetro del país, el foco más rebelde. A 45 años del movimiento popular más revolucionario, es nuestra historia del Cordobazo.


Nicolás Leoni, recopilación y narración.


Para el artículo se utilizó material de los siguientes páginas:

  • http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/revolucion_argentina/cordobazo.php
  • http://archivo.lavoz.com.ar/suplementos/temas/09/05/24/nota.asp?nota_id=519182
  • "El Chou de la Mañana" programa de Radio Sucesos, que compartió la nota de Don Víctor para que pueda enterarme que existía
Bonus track:



sábado, 24 de mayo de 2014

25 de mayo: Primer gobierno patrio



A lo largo de poco más de 200 años de existencia, éste país ha sufrido conservadores, ultra conservadores, del centro, coaliciones, panquequismos, progresistas, izquierdas, socialistas, gremialistas, masones… pobrecito, está mareadoY es entendible que cuando damos un paso para adelante, de pronto, casi por inercia misma de la historia, se vuelven dos pasos para atrás, y vuelta a empujar para adelante, en un péndulo sostenido por la clase trabajadora, que nunca cesa de tirar, pero que se choca contra los vende patrias, estancieros y avaros del poder, que no dejan porciones sin comer de la enorme torta que llamamos PBI.



Los argentinos se aman y se odian, se juntan y se separan, se afirman y se niegan, se abrazan y se pegan. Contradicciones propias de los seres humanos, porque aunque creamos que Dios es argentino, nosotros seguimos siendo humanos. De carne y hueso. ¡Y muy buena carne!
No puedo calzarme el traje de sociólogo ni de filósofo, me queda el lugar que más me gusta: observador, activo, dentro de un contexto que se mueve, siempre, todo el tiempo. Éste contexto, que llamamos hoy, me da muchas esperanzas. Si señor, los diarios van a titular las muertes, los robos y los choques, pero no te van a decir que aquellos que se fueron buscando una forma mejor de vida ahora están volviendo, ni que estamos en medio de una vorágine (de la cual quiero modestamente incluirme) de juventud, búsqueda  de la verdad, cambios, y mejorías. Spinetta siempre dijo que “mañana es mejor”, y gracias que lo dijo.

Siento que las generaciones nuevas, de menores de 30 (aunque la edad sea una mera estadística) que tienen muy buenas ideas, hay buenas intenciones, hay buen material, hay buena gente, y con eso me basta para soñar con que aquella Revolución de Mayo, que fue el primer paso de una emancipación como Nación, sigue viva, aunque no explicita, en el corazón y la mente de los que estudian, trabajan, hacen trabajos comunitarios, ayudan a sus pares, piensan alternativas, trabajan para la paz social, ayudan desde las sombras, trabajan por un país mejor.
El locro que comiste, la escarapela, la calle más larga, el río más ancho, las minas más lindas del mundo… todo eso es nuestro, pero no nos quedemos durmiendo en los laureles, que supimos conseguir, porque aún hay mucho por ganar, hay mucho que vivir, hay mucho que cambiar.


República Argentina, 25 de mayo de 2014. 

Periodismo de todos, para todos

Soy un estudiante común y corriente de tecnicatura en periodismo, pero me doy la licencia para imprimir ciertos juicios sobre lo hermoso que es el ser periodista. 


Creo que todos somos en parte periodistas, todos aquellos que buscan información y detalles, y a partir de eso generan su pensamiento crítico propio y su visión de la realidad, formando opinión. Todo ciudadano que use su sentido común y espíritu crítico por los sucesos está haciendo periodismo, está creando una visión de la realidad, en base a sus conocimientos. Y que lindo que todos compartamos lo mismo. Ahora, ¿para que estudio periodismo si pienso lo anteriormente descripto? Bueno, si bien todos podemos ser periodistas realizando esos pasos cotidianos de recepción, búsqueda y formación de info, creo que el que estudia periodismo lo hace para saber utilizar ciertas herramientas, datos, con mucha más profundidad crítica y académica que cualquier persona que no conoce estas alternativas. 

Sin embargo, el periodismo no debe CREERSE SUPERIOR, ni brindar información como si fuera la única fuente de la verdad, como si todos los seres humanos dependieran de las cadenas de medios, sino que (a mi humilde criterio) el periodista debe analizar los hechos, describir acontecimientos, profundizar y contextualizar las informaciones, con ALTURA periodística, pero jamás de los jamases con SOBERBIA periodística. Distinguir entre estos puntos es importantísimo para captar el contenido de mi discurso. Una cosa es la altura periodística, el conocimiento de los recursos visuales, audiovisuales, sonoros, gráficos, léxicos, y poder plasmar un mensaje coherente, sencillo, de interés general y de comprensión medianamente accesible, y otra muy distinta, es la soberbia periodística de utilizar términos, hechos, y todo lo detallado anteriormente para generar un contenido que no se deja leer, ver o escuchar, resulta inentendible y no aporta más que dudas al receptor. 

Todos somos periodistas, por hobby. Pero el periodista recibido debería demostrar y saber utilizar todos los recursos que su carrera le proporcionó para emplear en sus análisis algo más que sentido común, olfatear los temas que rompan con la agenda de los grandes medios, generar nuevas formas de comunicar, entretener y hacerse entender (creo que las dos últimas son bastante importantes y van de la mano). 

En fin, no soy más que un proyecto de periodista, pero con muchas aspiraciones de encontrar mi propio estilo, dentro de los marcos que anteriormente nombré: ser capaz de plasmar mensajes coherentes, sencillos, de interés general y de comprensión accesible, entretenidos y que tengan valor moral (hice trampa, recién agrego esto, pero es importante). 

La objetividad no existe. Podemos tender a la objetividad, pero el periodista no puede abstraerse completamente de sus pasiones, gustos, sentido, impulsos, memoria… diganme si alguien puede, y que nos dé a todos la fórmula. Mientras tanto, seamos responsables de lo que decimos y hacemos, hagamos pensar, pero antes pensemos nosotros en QUÉ decimos, CÓMO lo decimos, PARA QUÉ lo decimos, PORQUÉ lo decimos y sobre todo, A QUIÉN se lo decimos. 

Nicolás Leoni, 25 de mayo de 2014

Imágenes tomadas de búsqueda por "Google Imágenes". Ninguna es de mi autoría.

jueves, 15 de mayo de 2014

Lectura homenaje a Gustavo Cerati, a 4 años del ACV



Gustavo Cerati está postrado en un sueño que no parece acabar. 4 años. Gustavo está en el limbo hace cuatro años, quién sabe cuanto tiempo más llevará... Solamente espero que su obra sea reconocida por su valor artístico y vanguardista antes que por el morbo que tanto nos caracteriza.
Mucho se habló, mucho se seguirá hablando, de porqué llegó hasta este estado actual, muchas se rien de su situación, se mofan del delicado estado de salud de Gustavo… perdonalos, no saben lo que hacen.
En manera de humilde homenaje, quiero reconocer a Gustavo Cerati como un músico versátil, innovador, vanguardista, que nunca miraba para atrás, y que si lo hacía, era para corregir, modificar y sacar lo mejor de su pasado, adecuándolo a su futuro. Él vivía así, para adelante…
Mezcló todo tipo de música, desde el rock pesado, el rock estilo The Police de la época, hasta música de nuestro país, electrónica, hizo mucho como dj, hizo muchos avances…
Sus canciones mezclan imágenes sonoras y visuales, mensajes de libre interpretación que nos hacen viajar por destinos soñados…
Soñando está él, en estos momentos, quien sabe en que, quien sabe cuanto tiempo más.
Solamente pido respeto, por toda su trayectoria
Pido reconocimiento, por su enorme legado musical
Y pido amor, para que cada vez tenga más fuerza y logre salir de su infierno individual
Está suspendido en el tiempo hace cuatro años, mientras los calendarios cambian de años, él permanece intacto en su nube atemporal.
Fuerza Gustavo, como siempre. Todavía hay algunos que te tenemos en cuenta siempre, no sólo cuando sos noticia.
Es un camino largo,
Pero todavía hay fe
Sigamos pidiendo el milagro
Gustavo está… está vivo.

(Nicolás Martín Leoni, 15/5/14)

domingo, 4 de mayo de 2014

El fútbol y la sociedad, tal para cual

Las sociedades tienden a reflejar a pleno sus valores y desvalores en las acciones cotidianas, en eso de todos los días. La violencia existente, las ideas dominantes, los prejuicios, la felicidad, la tristeza, el materialismo, todo ello toma forma en nuestros comportamientos diarios, de la forma más evidente posible.
Una sociedad organizada y madura, respetuosa y desprejuiciada, con un gobierno acorde, es capaz de debatir temas tabúes y con la altura necesaria (altura no implica soberbia). Uruguay es capaz de reglamentar el consumo de Cannabis sin ningún tipo de inconvenientes morales, por ejemplo.
¿A que llamo cotidianeidades? A los hechos diarios que marcan agenda y ritmo de vida en las masas, como los eventos políticos, mediáticos, policiales, deportivos, de entretenimiento.
El fútbol, por ejemplo, es un infalible termómetro y espejo social. No hablamos simplemente del juego, sino de lo que lo rodea. Hablamos de las manifestaciones que produce, el lugar en los medios, el comportamiento del público, el engranaje detrás del show, las políticas de estado que lo cubren. ¿Viste? La pelota es lo que menos importa algunas veces. Tomemos por ejemplo a nuestro país, para que ir tan lejos si podemos contextualizar con lo nuestro…

Argentina tiene actualmente 42 equipos en sus dos primeras categorías, de los cuáles en la Primera División, 14 de 20 equipos pertenecen a la Provincia de Buenos Aires (tomando Provincia y Ciudad Autónoma), un 70 por ciento. 


En el “Nacional B”, 11 de los 22 equipos participantes pertenecen a Buenos Aires (tomando Provincia y Ciudad Autónoma), la mitad. 
Estamos hablando de una clarísima preponderancia de equipos que pertenecen a la provincia de Buenos Aires, que a su vez es la más poblada (15.625.084 de habitantes, según datos del 2010 y sin contar la Ciudad Autónoma), la mayor en superficie (307.571 kilómetros cuadrados, sin contar C.A.B.A.), y la que mayor porcentaje de Coparticipación Federal recibe, con un excluyente 21.3% (imagine que segundo se encuentra Santa Fe, con el casi 9 por ciento). Estas pocas pero claras estadísticas básicas nos permiten conformar una idea de qué parte del país predomina tanto en fútbol como en la vida diaria. Primer paralelismo fútbol-cotidianeidad: Buenos Aires tiene grandísimas diferencias con todas las demás provincias. En fútbol, en repartición económica, en la diaria.

Políticas de Estado. En este sentido podemos tomar muchos proyectos que vaya uno a saber si se cumplen o no, dicen (las propagandas políticas) que existen. Hablo de refacción, ayuda económica, esponsoreo a clubes pequeños de cada localidad, etcétera. En este caso prefiero centrarme en uno de los estandartes del Kirchnerismo, que es el Fútbol Para Todos. El programa impulsado por Néstor tuvo en principio (actualmente, ¿tiene?) como propósito apropiarse de las transmisiones de los partidos de fútbol de primera, sacarle la enorme torta de dinero que ganaban los canales codificados y servicios de televisión por cable, para capitalizar éstas ganancias a favor del Estado, y manejar su difusión, además de otorgar una importante repartición lo más proporcional y equitativamente posible a los clubes participantes. 

Según conseguí datos del 2013, el fútbol se reparte en tres grandes grupos de equipos:


En Argentina, la división se realiza por la televisión y la AFA (Asociación del Fútbol Argentino), de acuerdo con el número de hinchas, número de transmisiones y de la audiencia de televisión. En total los $ 415 millones se repartirán así:

Grupo I:
 11 millones de dolares (30,6 millones de pesos): River Plate y Boca Juniors.


Grupo II:
 8 millones de dolares (23,1 millones de pesos): Independiente (aún en Primera), Racing, San Lorenzo y Vélez Sarsfield.

Grupo III:
5 millones de dólares (16,9 millones de pesos): todos los demás clubes de primera división.

Fuente: Futebol Finance; AFA. 

Estamos hablando de diferencias abismales entre los preferidos por el que reparte y los gatos locos del Interior. Ejemplos prácticos: Independiente, con una deuda multimillonaria en dólares, campañas sumamente pobres y al borde del descenso que efectivamente se concretó ese mismo año, y con todos los problemas institucionales y contractuales que tuvo (con exjugadores y exentrenadores, a los que les debe incluso hasta hoy), cobraba una porción de 23 millones de pesos argentinos.
En las antípodas, clubes como Belgrano de Córdoba o Godoy Cruz de Mendoza, cuyas presidencias son frecuentemente resaltadas por su eficiencia, sus “pies sobre la tierra”, grandes campañas con poco presupuesto y todas las cuentas al día, recibieron la suma de menos de 17 millones de pesos argentinos.
Claramente, la política de Estado sigue favoreciendo al poderoso, ya no desde las canchas, o desde la gestión eficiente y cuentas claras, sino desde el otro lado de los escritorios, desde el poder monárquico del fútbol, que también se refleja en la realidad cotidiana. Segundo paralelismo Fútbol-Cotidianeidad.


La violencia del fútbol es un tema que resurge cada vez que casos de nuevos mártires son tomados por los medios. El tema ronda una semana, con suerte, en los medios masivos, y rápidamente se disipa viéndose opacado por los resultados de la semana siguiente. El debate dura lo que dura la noticia. Y los muertos van, y van.
“La violencia” generaliza tanto los episodios de asesinatos en plena cancha, como los que tienen que ver con el manejo de capitales en el fútbol, las manifestaciones de intolerancia, todo, metamos todo en la bolsa.
Los barra bravas, detestables sujetos que no tienen más que desamor por “sus” colores, son resaltados por la sociedad en general como “los que le dan la pasión a los estadios”. Mentiras. Éstos delincuentes, mafiosos, son un enjambre de maleducados e inadaptados sociales que son incomparables hasta con los hombres de las cavernas, quienes seguramente tendrían más pensamiento crítico y sentido común que éstos bárbaros. 
El barra brava tiene como sustento la acción de ir a las canchas a sembrar el miedo, a manejar grupos de gente, a orquestar la popular, a cobrar estacionamientos por medio de súbditos, a manejar el mercado de drogas, armas, y muchos casos carnets de socios y entradas, dentro del estadio… en fin, es el que maneja los hilos de un entramado sumamente poderoso y fuerte, que está bancado por los de arriba. El presidente de turno del club X, es un muñeco más de las ambiciones, contactos y poder de los verdaderos poderosos. Muchos cobran sueldos y son conocidos en A.F.A., otros en el Congreso, otros en gobiernos provinciales, y otros, en la Casa Rosada. Fíjense quién es el presidente del Club Quilmes de la Provincia de Buenos Aires.
El poder, la mafia, la violencia. Está en la política, en la vida cotidiana, y… otra vez, en el fútbol. Tercer punto de paralelismo.


Sigamos con la violencia, ya no tanto en el ámbito del poder, sino en la manifestación popular. Un “boliviano”, no es aquel nacido en Bolivia, cuya capital es La Paz, sino un “insulto” propinado por un hincha de Talleres o Instituto a un hincha de Belgrano, o de un hincha de River a uno de Boca, por dar un ejemplo. ¿Nunca nos hemos preguntado por que utilizamos un simple gentilicio de un país vecino como insulto? ¿Por qué no utilizan gentilicios como “francés”, “italiano”, “inglés”, y sin embargo utilizan los términos “boliviano”, “peruano, “mexicano”?

El que utiliza un adjetivo gentilicio como insulto, es un xenófobo e ignorante, pero también lo es en cierta medida quién lo toma como insulto. ¿Qué tiene de malo ser “boliviano”? ¿Se pusieron a pensar que siente un boliviano cuando utilizan su país como insulto?
La costumbre de culpar al extranjero es tan antigua como la humanidad, y lastimosamente no parece aflojar en esta supuesta “modernidad”. La xenofobia es uno de los peores males de la sociedad y demuestra la intolerancia, el odio, la enfermiza sensación de que el otro es el mal. Muchos líderes utilizaron éstas excusas para propagar sus propias falencias internas, culpando al de afuera, sin modificar el sistema de su país. “Los inmigrantes nos quitan el trabajo”, una de las mentiras más grandes del mundo. Jamás fue así. En nuestro país, ésta lastimosa costumbre de xenofobia socialmente aceptada y sistemática tomó fuerzas en la última dictadura y durante épocas de hiperinflación, en el que los gobiernos adoptaron la postura de culpar explícitamente al extranjero de todos los males que acechaban las economías nacionales. Lo hizo Videla, lo hizo Menem, lo hizo Hitler, lo hizo Mussolini, lo hizo Bush, lo sigue Obama, y lo seguirán muchísimos más, por que la xenofobia es contagiosa y poderosa.
En la vida cotidiana, los niños en las escuelas critican y se ríen del distinto. ¿Cómo esperar que no lo hagan en todos los ámbitos de su vida? El fútbol, toma lugar otra vez, en el cuarto paralelismo con la cotidianeidad: Xenofobia.

Podemos continuar, y podría estar hasta el fin de los tiempos escribiendo y argumentando que el fútbol y los valores o desvalores de la sociedad se ven interconectados, pero cada uno sabrá si le quedo clara mi postura o no. Dense el beneficio de criticar lo establecido, incluso éste inocente discurso.
"El fútbol es popular porque la estupidez es popular" dijo alguna vez Jorge Luis Borges. Me permito humildemente contradecir al escritor. El fútbol no es una estupidez, es una manifestación popular. El fútbol y lo que rodea al deporte es un espejo de la sociedad.




Nicolás Martín Leoni