Los caprichos del calendario gregoriano
indican que un día como hoy, en nuestro sistema de distribución temporal
occidental, 9 de octubre, John Lennon nacía en Liverpool en 1940 y Ernesto Guevara
de la Serna moría en 1967, en Bolivia. Ambos son estandartes de la lucha por un
mundo más justo, sensibles de las más mínimas desigualdades y los sueños más
honestos que la humanidad se propuso.
Con distintas armas, el Che y Lennon
lucharon por un mundo mejor. Uno desde la política y medicina, haciendo camino
al andar, dejando una cómoda situación socioeconómica en su país natal para
entregarse a las miserias y desigualdades del continente, y tomar el fusil y la
palabra como instrumentos de cambio, generando amores y odios extremos, pero un
profundo respeto del pueblo que lo adoptó como propio, y de todo revolucionario
y rebelde del mundo, que anhela parecerse un tantico así al ícono.
El otro, un joven que nunca se regaló a las
comodidades, que fui fiel a sus sentimientos desde el primer hasta el último
suspiro, con su música, sus palabras y su crítica. Le enseñó al mundo que el
amor es una realidad, y que aunque muchos no quieran, puede cambiar el mundo. A
tanto amor no lo podrían apagar ni siquiera con unos cuantos tiros de un
maniático.
Los dos tenían enemigos comunes, y si bien
nunca se conocieron, viendo la historia tiempo después, podrían haberlo hecho
tranquilamente. Por eso es una fecha en que las coincidencias ponen de
manifiesto alguna relación entre dos personajes que cambiaron el mundo, a su
manera.
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