Muchas veces hemos escuchado la frase que está
instalada como verdad intocable, que afirma lo contrario a la frase del título.
Sin ánimos de contradecir a nadie, pretendo exponer otra forma de ver esta
concepción que valora más a la construcción física (para lograr una imagen) de
la construcción conceptual e imaginativa (que implican las palabras). Sin tener
en cuenta a la pintura, me refiero a fotos, ilustraciones periodísticas,
garabatos.
A través de las palabras se redactaron los
sentimientos más profundos jamás confesados, poesía, por ejemplo.
Mediante palabras tienen lugar análisis
plagados de argumentos y metodologías firmes que permiten sentar una posición,
y dejar plasmado un trabajo conceptual en letras, que logran un sentido
imposible de lograr mediante otro medio.
¿De que otra manera Cortazar, Borges, García
Márquez, Galeano, Dan Brown, y tantas eminencias podrían habernos hecho llegar
sus historias, pensamientos y personajes, aquellos que nos mantienen atrapados
en eternas relecturas? No creo que de otra manera que no sea mediante las
palabras, escritas o habladas, hubiesen podido reproducir aquellos pensamientos
que terminaron siendo libros.
¿Cómo comunicarse con amigos que se encuentran
a miles de kilómetros, en otros meridianos, mares, continentes, si no es con un
intercambio de palabras mediante chiches tecnológicos? Está bien, podés mandar
un par de fotos, pero lo que vale es dialogar. Y sin palabras, ´ta difícil.
Personalmente disfruto de un buen juego de palabras,
una oración creativa, un silogismo, un refrán, una frase que denote sabiduría,
o me convenza de ello… No hay como devorar grandes obras, clásicas o ignotas,
de literatura, de poesía, que mantenga encendida nuestra imaginación,
pensamiento crítico, memoria, o cualquier capacidad.
Los conceptos que palabras bien seleccionadas
son capaces de representar, son más estables que las miles de interpretaciones
y superficialidad de una mera imagen, que si bien (y obviamente) es
ilustrativa, en la mayoría de los casos no alcanza a cerrar ninguna idea más
que ser un agregado a un comentario o contexto determinado, claramente, por
PALABRAS.
“Una imagen vale más que mil palabras” es una
frase que no me convence en lo más mínimo, desde la postura de ser un disfrutador
(si se me permite el término) de la buena redacción de una composición y de la
capacidad imaginativa que nos brinda la lectura.
Leer un prospecto médico, un
texto religioso o una novela romántica exigen un trabajo intelectual más
profundo que el de contemplar una imagen, que se mantendrá estática por lo
siglos de los siglos, a diferencia de la lectura, que cada vez que repitamos,
nos generará más observaciones y diferentes detalles que en veces anteriores no
fueron comprendidos o fueron pasados por alto.
Prefiero sumergirme en un mar de
letras, y disfrutar de múltiples interpretaciones, analogías, metáforas,
fantasía, claridad conceptual, y todos los recursos habidos y por haber que
permite la utilización de las palabras, antes que solo anclarme en la observación
de una imagen estática que esta ahí, y nunca cambiará, que perfectamente puede
servir como ilustración a una composición.
Y sí, las palabras valen más que mil imágenes.
Nicolás
Leoni