Alejandro Sabella es el segundo técnico nacional que consigue ganar 5 partidos seguidos en una copa del mundo: el anterior había sido Bilardo, en el 86, ambos llegaron a la final. Además, desde la Era Pekerman, en el 2005, Argentina por primera vez superó los 2 goles por partido en promedio (antes de comenzar el mundial). Y por si esto fuera poco, salió 1º de 9 equipos en la eliminatoria sudamericana y 2º de 32 equipos en la Copa del Mundo Brasil 2014. Los números, los rendimientos, están de su lado sin lugar a dudas.
Sabella también se lleva el campeonato mediático: recibió golpes por todos lados, no pararon de llover criticas aún ganando de lado a lado las eliminatorias con contundencia, y de generar muy buenos partidos, y recién cuando Argentina pudo "pasar el rubicón" de Cuartos de Final empezaron a caer los elogios. Desde los medios más poderosos, hasta los repetidores seriales (gente que no tiene crítica propia) se encargaron de empañar la seguridad que tenía Alejandro Sabella en su equipo antes de comenzar el Mundial, e incluso durante el mundial.
Con un estilo de fútbol distinto al de los anteriores entrenadores de nuestra selección, Sabella optó por potenciar al mejor jugador del mundo, darle la capitanía y generar un grupo humano ameno que no interfiera en la consecución de objetivos comunes (por encima de los objetivos individuales). Es por eso que eligió "ser uno más" entre sus jugadores, escucharlos, darles espacio y charlar de fútbol con ellos para ir conformando el equipo, hacerlos sentir cómodos, y conocer sus ideas, aunque la última palabra era de él.
Se lo criticó por el estilo de juego, aunque si esos mismos críticos conocieran a Sabella y vieran un poco de fútbol sabrían que "Pachorra" pertenece a la escuela de Estudiantes de la Plata, fue ayudante de campo de Daniel Passarella durante la Copa del Mundo del 98 y es heredero de Bilardo y Zubeldía, por lo que claramente tenía un estilo marcado explícito, pero claro... hablar es gratis, pegarle al otro sube la autoestima...
Unas eliminatorias soberbias llevaron a la Argentina a la Copa del Mundo, donde se vio favorecida a priori por el sorteo y el armado del grupo F, aunque los planteos meticulosos de los rivales generaron algunos problemas, Alejandro siguió adelante con sus ideas, cambiando en los momentos justos, sin ser terco, pero siempre "muriendo con la suya".
La Copa del Mundo estuvo a minutos de ser alcanzada. El planteo argentino en la final fue coherente y excelente, y los únicos errores fueron contrarios a Eliminatorias: la delantera que tantos goles marcó durante el ciclo Sabella, falló. Y fue la defensa la que más se afianzó en la Copa del Mundo, solidez que llevó a Argentina adelante.
Alejandro Sabella marcó una forma de trabajo muy propia en la Selección: armó un grupo sólido y ameno, convocó a jugadores funcionales para sus necesidades de equipo, planteó partidos coherentes con su forma de ver el fútbol y los jugadores con los que contaba, les dio oportunidades a todos aquellos que alguna vez puso en cancha, supo cambiar a tiempo cuando las cosas no iban bien, superó las críticas e hizo oídos sordos a los elogios "panqueques" del periodismo y muchos hombres de fútbol", y lo más importante es que le dio a Argentina su toque de bajo perfil, que comparte con el mejor jugador del mundo, se manejó con humildad y trabajo, silenciosa metodología que lo llevó al éxito. Esperemos que el que ocupe su lugar, no tire por la borda todo lo que ganó Argentina con Sabella, y siga el proceso excelentísimo que inició "Pachorra".
Gracias por tanto, perdón por tan poco.
Nicolás Martín Leoni, totalmente agradecido al enorme ciclo de Alejandro Sabella como entrenador, el día de su dimisión, martes 29 de julio de 2014.